jueves, 14 de enero de 2016

las lesiones crónicas pueden ocurrir por practicar un solo deporte



Para los niños y adolescentes es mejor no especializarse solamente en una actividad hasta cumplir más de 14 años.

A la hora de practicar un deporte con regularidad es importante poner a los niños en manos de entrenadores capacitados y que conozcan las medidas preventivas que se pueden utilizar, y que, en la medida de lo posible, hagan más de una actividad física, para evitar futuras lesiones crónicas.

Al estar todavía en crecimiento, los niños pueden presentan algunos trastornos específicos diferentes a los adultos, como, por ejemplo, fracturas en el cartílago de crecimiento. Este tipo de padecimientos pueden afectar al desarrollo del hueso, provocando acortamientos o angulaciones indeseadas. Esas zonas de crecimiento también pueden sufrir lesiones por microtraumatismo o por sobrecarga, pero la lesión más típica es el dolor de la cara anterior de la parte alta de la tibia, cerca de la rodilla-

 «Cada vez es más frecuente la aparición en niños de lesiones en los ligamentos de la rodilla similares a las que se ven en adultos, y que hacen que tengan que ser operados a edades tempranas para devolverles la estabilidad a las rodillas», señala el doctor Rafael Arriaza, especialista en traumatología deportiva del Hospital HM Modelo y director del Instituto Médico Arriaza y Asociados.

El experto recomienda una serie de pautas para crecer sin estas molestias:

1. Respetar la biología del niño. Los niños pueden estar todo el día en actividad, pero su cuerpo tolera mal el hecho de hacer los mismos gestos todo el tiempo. «Esto es lo que provoca la mayor parte de las lesiones crónicas a estas edades», dice el doctor Arriaza. «Lo ideal es que los niños aprendan inicialmente las habilidades básicas, como correr o salta, para que después, poco a poco, se puedan ir centrando en algún deporte, pero sin abandonar las otras actividades al menos hasta los 14-15 años».

2. No intentar que los niños se especialicen precozmente en un deporte concreto. Los estudios científicos y las estadísticas demuestran que eso no hace que vayan a ser más exitosos en el futuro y, de hecho, parece que aumenta el riesgo de que abandonen el deporte.

3. Evitar que los niños imiten el equipamiento de los mayores. Un ejemplo típico son las botas de fútbol: los tacos alargados y profundos que usan los profesionales en las botas les permiten girar y frenar con más rapidez, pero a cambio aumentan el riesgo de lesión de rodilla; en general, los adultos tienen más fuerza en la musculatura estabilizadora y compensan esta situación, pero los niños aún no tienen fuerza suficiente y el riesgo no compensa el beneficio, por lo que para jugar en superficies como la hierba artificial, deben usar botas de multitaco corto, aunque no sean las que emplean sus ídolos y promocionan las marcas.

4. Poner a los niños en manos de entrenadores capacitados y que conozcan las medidas preventivas que se pueden utilizar. Un programa de calentamiento adecuado puede reducir hasta en un 60% los riesgos de lesiones de rodilla y de tobillo en niños. Y es muy importante que los padres eviten presionar a los niños y a sus entrenadores.

5. Prevenir. Muchos problemas y secuelas que se acarrean a lo largo de la vida se podrían haber evitado con una prevención adecuada. «Hay que aprovechar esta edad para impregnar a los niños del espíritu adecuado y de favorecer una verdadera educación física que deje en ellos los hábitos del calentamiento correcto, de escuchar a su cuerpo para evitar sobrecargas, de mantener la forma muscular a lo largo de la vida», concluye el doctor Arreaza.


 http://www.larioja.com/sociedad/salud/vida-sana/201601/04/lesiones-cronicas-pueden-ocurrir-20160104151420-rc.html

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