La siguiente es otra de esas historias reales que me dejan frío
Qian Hongyan, una niña china que perdió las piernas durante un accidente automovilístico
Usaba la bola de baloncesto con un hueco al centro, donde ella apoyaba el tronco y así se arrastraba por el suelo o daba saltos, ayudándose en dos bastoncitos de madera.
Su vida comenzó a cambiar cuando un grupo de personas se propuso a apoyarla, proporcionándole un par de piernas que le permitiría intentar volver a caminar.
Lo admirable es que, a pesar de su situación, en las imágenes sólo podemos ver a una niña alegre y dispuesta a vivir.
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